Ante el aumento del consumo y de las compras por internet también asistimos a la proliferación de créditos online de importes pequeños. Esta situación genera que entre la oferta se escondan algunos productos considerados peligrosos o incluso fraudulentos.

Por eso, la Comisión Europea ha presentado una serie de medidas destinadas a proteger a los consumidores que usan créditos online por debajo de los 200 € para financiar sus compras. Estas medidas tratan de endurecer las condiciones para estos créditos y facilitar al máximo la retirada de aquellos que no se ajustan a la legalidad.

La transformación digital y el aumento de las compras online aceleradas por la pandemia han creado un «terreno abonado» para el desarrollo de estos productos que, con un par de clics, permiten al usuario contratar un crédito online que en muchas ocasiones ocultan cláusulas abusivas, una jerga jurídica complicada o simplemente no hay una empresa que se haga responsable ante cualquier incidencia.

La comisión europea ha puesto como ejemplo los créditos contratados online inferiores a 200 € los cuales, además de no ofrecer claridad en sus condiciones, tienen tasas de interés que se pueden considerar abusivas.

Las medidas presentadas buscan que el consumidor disponga de la información necesaria y una protección ante la necesidad de recuperar su dinero

Hay que recordar que los préstamos de bajo valor actualmente están exentos de cumplir las obligaciones que existen en la directiva sobre créditos así como los préstamos que se obtienen en plataformas colaborativas o los programas de «comprar ahora y pagar después»

Por otro lado, la Comisión Europea también quiere fijar criterio homogéneo y fijar un tope a los intereses de los préstamos al consumo y mejorar la información que se ofrece al consumidor. Un ejemplo de esto sería limitar la cantidad de información publicada y que los usuarios puedan leer y entender ciertos elementos claves, sobre todo desde un teléfono móvil.