¿Ahorras realmente al cambiar de compañía de seguros o la publicidad te seduce?

¿Ahorras realmente al cambiar de compañía de seguros o la publicidad te seduce?

Estimado Consumidor (ya responderás al final), como muy bien sabes, la publicidad comercial es “la difusión de información sobre un producto o servicio con el objetivo que alguien compre o adquiera dicho producto o servicio”

Sea cual sea el producto que queremos adquirir, todos desearíamos ver una publicidad clara con la que poder realizar una comparativa entre productos similares, y poder tomar una decisión de compra acorde a nuestras necesidades y preferencias; pero esta información detallada no es el objetivo de la publicidad, su único objetivo es simple, que compremos el producto anunciado y no otro.

Recordarás aquel anuncio “busque, compare y si encuentra algo mejor… cómprelo”, claramente, la labor de buscar y comparar nos toca a los consumidores.

La publicidad a veces, es machacona e insistente, otras sutil y embelesadora, a veces incluso extravagante, colorida o graciosa, todo va a depender del producto ofrecido y el público al que se dirige, pero su objetivo siempre es venderte ese producto y no otro.

¿Nos centramos en seguros?, ¡¡venga!!

Estoy de acuerdo contigo, buscar y comparar seguros es un auténtico tostón, términos técnicos y expresiones ininteligibles, porcentajes, exclusiones, condiciones y textos, muchos textos, lo dicho un tostón.

La publicidad lo ha resumido a sólo el precio… al ser la característica más fácil de comparar.

Mi misión y la de todos mis colegas profesionales mediadores de seguros es hacerte ver que, si recurres a esta comparativa fácil y caes en la seducción de la publicidad, vas a tener o la suerte de nunca tener que usar tu seguro o la desgracia de haber comprado tu seguro por precio y que no se ajusta a tus necesidades cuando realmente lo vas a utilizar.

Si se despierta tu interés por una modalidad de seguro (vida, hogar, salud, mascotas) o tienes la obligación de contratarlo (coche, moto, responsabilidad civil) te recomiendo que hagas lo mismo que cuando quieres adquirir otros productos, usa todos los medios a tu alcance para informarte sobre cuál es el seguro que más te conviene y lo sigas un cierto orden de auto preguntas:

¿Qué hechos o circunstancias te invitan o sugieren contratarlo?

De estas, ¿cuáles y cuanto pueden afectar en tu economía o en tu bienestar?

Después ordena tus prioridades, lo que tu economía pueda asumir (p.e: poner un grifo) y lo que debes solucionar contratando un seguro (p.e: un incendio en la vivienda).

Por último, localiza los seguros que especialmente se adapten a tus necesidades y de los que selecciones, por último, entonces sí, compara el precio.

Yo lo haría así.

No obstante, ya lo he dicho, es un tostón, y aunque sólo así podrás garantizarte una experiencia positiva con los seguros, tienes otra alternativa:

Delegar esa selección y comparación a un mediador profesional, por cierto, debes saber que está incluido en el precio (allá tú si no nos utilizas).

Por eso, responder a la capciosa pregunta que encabeza este artículo tiene truco.

Cuando cambias de compañía por precio, puede ser que pagues menos, pero no necesariamente habrás contratado el mismo seguro, es más, puedo afirmar que NO has contratado el mismo seguro al cambiar de compañía.

Por tanto, la respuesta más acertada sería:

SI, LA PUBLICIDAD ME SEDUJO…

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