La Unión Europea pone fecha de caducidad (2035) a la venta de coches de combustión.

La Unión Europea pone fecha de caducidad (2035) a la venta de coches de combustión.

La noticia de que la Unión Europea ha fijado en 2035 la prohibición de los motores térmicos genera incertidumbre entre los consumidores y si podrán seguir circulando con un vehículo o furgoneta diésel o gasolina.

La descarbonización del sector automotriz es un tema importante en la agenda de los gobiernos de la Unión Europea (UE), cuyo objetivo es reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035 en comparación con el año 1990. Una de las medidas principales es la eliminación de los motores de combustión interna en los nuevos vehículos. En 13 años, a partir del 2035, se prohibirá la venta de furgonetas y turismos nuevos con motores térmicos.

Como ya comentamos en un post el pasado año, el cambio hacia la descarbonización de los vehículos será un desafío para los consumidores, especialmente para aquellos que tienen vehículos con motores de combustión interna. En España, por ejemplo, existen 24 millones de coches con este tipo de motorizaciones, 15 millones de diésel y 9 millones de gasolina, que representan el 97,3% de los turismos y tienen una edad media de 13,1 años. Por lo tanto, no será fácil para los consumidores adaptarse tan rápido a la nueva normativa.

La vida útil de los coches es de entre 10 y 15 años, por lo que los últimos modelos de combustión que se vendan a finales de 2034 cumplirán su ciclo de vida en 2050, que es la fecha límite que la UE se ha fijado para ser neutra en carbono.

Aunque la Unión Europea tiene una fecha límite para la prohibición de los motores de combustión interna, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha expresado su preocupación por la prohibición en 2035 de vender turismos y furgonetas de combustión. Según ACEA, esta transformación se debe a muchos factores externos que no dependen de los fabricantes ni del sector, y la única solución para alcanzar la reducción de emisiones es el «aumento masivo» de las infraestructuras de recarga.

También les preocupa la disponibilidad de materias primas para la fabricación de baterías y los propios puntos de recarga cuando la demanda de coches eléctricos aumente en los próximos años.

Muchos fabricantes de automóviles ya han optado por eliminar los motores térmicos de sus gamas. Smart ya lo hizo en 2020 y Abarth y DS lo harán en 2024. Jaguar (2025), Audi (2026) y Opel (2028) seguirán el mismo camino, mientras que un grupo numeroso lo hará en 2030: Bentley, Cupra, Fiat, Ford, Mercedes, Mini, Peugeot, Renault y Volvo. Las japonesas Hyundai y Lexus retrasarán el salto a 2035.

Aunque se prohibirá la venta de nuevos vehículos con motores que emitan gases contaminantes, los coches gasolina y diésel seguirán circulando y se podrán seguir haciendo operaciones de compraventa con modelos con este tipo de propulsores en el mercado de segunda mano. La Unión Europea disuadirá a los usuarios del uso de los vehículos de combustión al prohibirles la entrada a zonas de bajas emisiones en núcleos urbanos cada vez más extensos, además de subir el impuesto de circulación y los precios de los combustibles fósiles.